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miércoles, 31 de octubre de 2007

Tres Cantos, 31 de Octubre del 2007

         Aquí estoy escribiendo, una vez más, a pocas horas de que empiecen mis vacaciones a las cinco y ocho minutos de la tarde oficialmente (puesto que es mi hora de salida de mi puesto de trabajo) y a las ocho de la tarde en realidad (ya que, de seis y media a ocho tengo clase de inglés) aunque no sé si, al final, va a ser, efectivamente, hasta las ocho de la tarde o hasta las cinco de la tarde ya que, aunque he comenzado con buen ritmo el día, haciendo unas cuantas cosas que tenía pendientes de realizar antes de irme de vacaciones, desde hace aproximadamente una hora (y eso que faltan todavía un par de horas para comer y después otro par de horas para salir) ya no me apetece hacer absolutamente nada (de hecho, he estado esta hora pensando si me ponía a escribir en mi blog o no) y estoy cada dos por tres mirando el reloj, de hecho, mientras que otros días no me costaba mucho aguantar dos o tres horas sin fumar en el curro, hoy estoy haciendo verdaderos esfuerzos para conseguir aguantar las dos horas.


         De todas formas, desde hace días yo ya sabía que el día de hoy se me iba a hacer muy largo, ya que, por un lado, no quiero empezar nuevas tareas porque, al irme de vacaciones, cuando regresase casi tendría que volver a empezar de cero y tampoco hay ninguna gana de empezar algo nuevo, por otro lado, por las ganas, porque llevo, desde el pasado tres de agosto del año pasado sin vacaciones (ese día operaron a mi padre) y, la semana que tuve el año pasado (desde que llegué a Mallorca hasta que ingresaron a mi padre para operarle) no lo considero casi de vacaciones, pues ya estaba mal y no hubo mucho descanso por la preocupación, pero, además, tan sólo desde el 1 de enero de este año, el tiempo dedicado a trabajar ha sido de unas 2.000 horas, aproximadamente, es decir, el equivalente a 350 jornadas de trabajo de 8 horas cada jornada (cuando, sin descontar fines de semana ni festivos, en lo que llevamos de año, han transcurrido 303 días).


         Y, la verdad, serían muchas más si no me plantase en ciertos momentos (hay veces que, a las 10 de la noche, después de haberme levantado a las 6 de la mañana, haber salido camino del trabajo a las 7 de la mañana y llegar a mi casa del trabajo/clase a las nueve y media de la noche, mi madre quiere que redacte y envíe algún correo electrónico, mientras que, mis hermanos, duermen casi más horas de las que yo trabajo cada día... podrían dormir alguna hora menos y hacer alguna cosa más de los temas de la familia), ya que vale, yo hago todo lo que puedo por la familia, estoy a disposición de todos, doy el 100% de mi, me rompo la cabeza para conseguir hacer varias cosas a la vez, pero también necesito descansar, necesito desconectar, necesito olvidarme durante unos días de todo y de todos para recobrar fuerzas y poder seguir.


         Y no me importa seguir como hasta ahora... siempre que mis hermanos hicieran más, con que hiciesen la mitad de lo que yo hago me conformaría, pero es una ilusión, además, siempre vienen a consultarme las cosas (tanto mis hermanos como mi madre) justo cuando me voy a acostar, es raro el día que no me quedo dormido en el sofá (y muchos de los días que no me he quedado dormido en el sofá es porque directamente no me he sentado en el sofá sino que me he ido a la cama), los fines de semana intento descansar y distraerme viendo vídeos que me he grabado de la tele anteriormente por no poder verlos en el momento.


         Mi hermano mediano hay muchos fines de semana que se enfada conmigo porque no salgo de marcha con él, pero teniendo en cuenta, por ejemplo, que estas dos semanas he estado saliendo de mi casa todos los días a las 7 de la mañana y no he regresado hasta las 10 de la noche o más tarde (porque, además, hemos tenido ingresada a mi abuela con neumonía, insuficiencia cardiorespiratoria y líquido en los pulmones) de lunes a viernes, cuando llega el fin de semana, lo que me apetece, es estar en casa y descansar, y a veces ni lo consigo, por ejemplo, este sábado pasado, a las 9 de la mañana ya estaba en pie, después de asearme y de desayunar, me puse a trabajar en el programa para la empresa de transporte hasta que llegó mi madre del hospital y nos fuimos a los dos cementerios, primero al cementerio sur a llevar unas flores a mi padre (que tenía muchas ganas ya que quería ir desde que aprobé la carrera pero, por falta de tiempo ha sido imposible hasta un mes después) y después al cementerio de la Almudena a llevar flores a la tumba de mi abuelo materno (que, además, como solamente había ido una vez conduciendo anteriormente, hasta que conseguimos encontrar la tumba nos llevó más de 30 minutos).


         Cuando llegamos de los cementerios, mi madre se fue al hospital para cuidar de mi abuela mientras que la chica que la cuida se iba a comer y descansar y yo me fui a mi casa a comer, después me fui al hospital a sustituir a mi madre hasta que llegó la chica y me volví a mi casa, echándome inmediatamente a dormir, mi hermano quería que saliese luego por la noche, pero es que, a las 11 de la noche ya estaba en la cama durmiendo (y eso que me había levantado a las 8 de la tarde de la siesta).


         Además, el domingo, con el cambio de hora y, aunque el domingo no lo noté, el lunes sí que lo noté y muchísimo, nunca antes lo había notado tanto, a las cinco de la mañana ya estaba en vela porque mi cuerpo me decía que era hora de ir al trabajo, pero quedaba todavía una hora, luego, claro, no me tenía en pie y la última hora de inglés fue insufrible (encima, tuve que ir a recoger el coche al taller, puesto que le tocaba revisión y pasar la ITV) y fue llegar a mi casa y acostarme sin cenar porque no tenía ni hambre del cansancio que llevaba encima.


         Aunque el cambio de hora me afectó mucho el lunes, ayer no me afectó tanto, no sé si por el cansancio que ya tenía encima o porque ya me he adaptado al nuevo horario, y, mañana, nuevamente tengo un retraso de horario, aunque este retraso de mañana no me importa en absoluto, al revés, estoy deseando de que llegue (ya que supondrá que, por fin, estoy en el sur de Tenerife, de vacaciones).


         Por otro lado, estos días, cuando me subo al Cercanías (ya sea para venir al trabajo o para regresar a mi casa), no puedo evitar pensar en el 11-M, al salir (mejor dicho, haber salido, ya que ya son más tarde de las 11:30) hoy la sentencia (aunque todavía no he leído nada de ella, quería escribir esta entrada sin estar influenciado por el resultado de la sentencia) y estar los periódicos, desde hace unos cuantos días, hablando sobre la tragedia.


         Porque, aunque por aquel entonces yo no utilizaba el Cercanías (y a la hora en que explotaron las bombas yo estaba durmiendo) fue algo que me afectó muchísimo (al igual, supongo, que a los millones de personas que vivimos en España y otros tantos millones fuera de España) y, estos días, no puedo evitar el ponerme triste, aunque, eso sí, no tengo miedo al coger el Cercanías (nadie sabe cuándo te llega el final de tu vida, sea natural o causada por alguna acción humana), de hecho, voy mucho más tranquilo en el Cercanías que en el coche, pero tampoco puedo evitar ponerme triste.


         Ya, hasta que no venga de vacaciones, no voy a volver a escribir aquí, en mi blog, ya, por fin, llegan mis vacaciones, algo de lo que estoy muy ansioso y satisfecho por todo el trabajo realizado, siento que me merezco, más que nunca, estas vacaciones, desconectar de todo y de todos y cargarme de fuerza y energía para seguir dando el máximo de mí.


Un beso para todas y un saludo para todos


Madrileño Solitario

1 comentario:

VANE dijo...

Vaya sorpresa de post!!! Me he pasado x aqui a saludarte, q no te creas q no lei el post anterior, lo lei, pero ahora me toca a mi estar agobiada de curro....q le vamos a hacer!!!
Yo también me voy de puente....q te lo pases muy bien, vuelvas relajado y descanses mucho!!!
Un beso