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miércoles, 31 de octubre de 2007

Tres Cantos, 31 de Octubre del 2007

         Aquí estoy escribiendo, una vez más, a pocas horas de que empiecen mis vacaciones a las cinco y ocho minutos de la tarde oficialmente (puesto que es mi hora de salida de mi puesto de trabajo) y a las ocho de la tarde en realidad (ya que, de seis y media a ocho tengo clase de inglés) aunque no sé si, al final, va a ser, efectivamente, hasta las ocho de la tarde o hasta las cinco de la tarde ya que, aunque he comenzado con buen ritmo el día, haciendo unas cuantas cosas que tenía pendientes de realizar antes de irme de vacaciones, desde hace aproximadamente una hora (y eso que faltan todavía un par de horas para comer y después otro par de horas para salir) ya no me apetece hacer absolutamente nada (de hecho, he estado esta hora pensando si me ponía a escribir en mi blog o no) y estoy cada dos por tres mirando el reloj, de hecho, mientras que otros días no me costaba mucho aguantar dos o tres horas sin fumar en el curro, hoy estoy haciendo verdaderos esfuerzos para conseguir aguantar las dos horas.


         De todas formas, desde hace días yo ya sabía que el día de hoy se me iba a hacer muy largo, ya que, por un lado, no quiero empezar nuevas tareas porque, al irme de vacaciones, cuando regresase casi tendría que volver a empezar de cero y tampoco hay ninguna gana de empezar algo nuevo, por otro lado, por las ganas, porque llevo, desde el pasado tres de agosto del año pasado sin vacaciones (ese día operaron a mi padre) y, la semana que tuve el año pasado (desde que llegué a Mallorca hasta que ingresaron a mi padre para operarle) no lo considero casi de vacaciones, pues ya estaba mal y no hubo mucho descanso por la preocupación, pero, además, tan sólo desde el 1 de enero de este año, el tiempo dedicado a trabajar ha sido de unas 2.000 horas, aproximadamente, es decir, el equivalente a 350 jornadas de trabajo de 8 horas cada jornada (cuando, sin descontar fines de semana ni festivos, en lo que llevamos de año, han transcurrido 303 días).


         Y, la verdad, serían muchas más si no me plantase en ciertos momentos (hay veces que, a las 10 de la noche, después de haberme levantado a las 6 de la mañana, haber salido camino del trabajo a las 7 de la mañana y llegar a mi casa del trabajo/clase a las nueve y media de la noche, mi madre quiere que redacte y envíe algún correo electrónico, mientras que, mis hermanos, duermen casi más horas de las que yo trabajo cada día... podrían dormir alguna hora menos y hacer alguna cosa más de los temas de la familia), ya que vale, yo hago todo lo que puedo por la familia, estoy a disposición de todos, doy el 100% de mi, me rompo la cabeza para conseguir hacer varias cosas a la vez, pero también necesito descansar, necesito desconectar, necesito olvidarme durante unos días de todo y de todos para recobrar fuerzas y poder seguir.


         Y no me importa seguir como hasta ahora... siempre que mis hermanos hicieran más, con que hiciesen la mitad de lo que yo hago me conformaría, pero es una ilusión, además, siempre vienen a consultarme las cosas (tanto mis hermanos como mi madre) justo cuando me voy a acostar, es raro el día que no me quedo dormido en el sofá (y muchos de los días que no me he quedado dormido en el sofá es porque directamente no me he sentado en el sofá sino que me he ido a la cama), los fines de semana intento descansar y distraerme viendo vídeos que me he grabado de la tele anteriormente por no poder verlos en el momento.


         Mi hermano mediano hay muchos fines de semana que se enfada conmigo porque no salgo de marcha con él, pero teniendo en cuenta, por ejemplo, que estas dos semanas he estado saliendo de mi casa todos los días a las 7 de la mañana y no he regresado hasta las 10 de la noche o más tarde (porque, además, hemos tenido ingresada a mi abuela con neumonía, insuficiencia cardiorespiratoria y líquido en los pulmones) de lunes a viernes, cuando llega el fin de semana, lo que me apetece, es estar en casa y descansar, y a veces ni lo consigo, por ejemplo, este sábado pasado, a las 9 de la mañana ya estaba en pie, después de asearme y de desayunar, me puse a trabajar en el programa para la empresa de transporte hasta que llegó mi madre del hospital y nos fuimos a los dos cementerios, primero al cementerio sur a llevar unas flores a mi padre (que tenía muchas ganas ya que quería ir desde que aprobé la carrera pero, por falta de tiempo ha sido imposible hasta un mes después) y después al cementerio de la Almudena a llevar flores a la tumba de mi abuelo materno (que, además, como solamente había ido una vez conduciendo anteriormente, hasta que conseguimos encontrar la tumba nos llevó más de 30 minutos).


         Cuando llegamos de los cementerios, mi madre se fue al hospital para cuidar de mi abuela mientras que la chica que la cuida se iba a comer y descansar y yo me fui a mi casa a comer, después me fui al hospital a sustituir a mi madre hasta que llegó la chica y me volví a mi casa, echándome inmediatamente a dormir, mi hermano quería que saliese luego por la noche, pero es que, a las 11 de la noche ya estaba en la cama durmiendo (y eso que me había levantado a las 8 de la tarde de la siesta).


         Además, el domingo, con el cambio de hora y, aunque el domingo no lo noté, el lunes sí que lo noté y muchísimo, nunca antes lo había notado tanto, a las cinco de la mañana ya estaba en vela porque mi cuerpo me decía que era hora de ir al trabajo, pero quedaba todavía una hora, luego, claro, no me tenía en pie y la última hora de inglés fue insufrible (encima, tuve que ir a recoger el coche al taller, puesto que le tocaba revisión y pasar la ITV) y fue llegar a mi casa y acostarme sin cenar porque no tenía ni hambre del cansancio que llevaba encima.


         Aunque el cambio de hora me afectó mucho el lunes, ayer no me afectó tanto, no sé si por el cansancio que ya tenía encima o porque ya me he adaptado al nuevo horario, y, mañana, nuevamente tengo un retraso de horario, aunque este retraso de mañana no me importa en absoluto, al revés, estoy deseando de que llegue (ya que supondrá que, por fin, estoy en el sur de Tenerife, de vacaciones).


         Por otro lado, estos días, cuando me subo al Cercanías (ya sea para venir al trabajo o para regresar a mi casa), no puedo evitar pensar en el 11-M, al salir (mejor dicho, haber salido, ya que ya son más tarde de las 11:30) hoy la sentencia (aunque todavía no he leído nada de ella, quería escribir esta entrada sin estar influenciado por el resultado de la sentencia) y estar los periódicos, desde hace unos cuantos días, hablando sobre la tragedia.


         Porque, aunque por aquel entonces yo no utilizaba el Cercanías (y a la hora en que explotaron las bombas yo estaba durmiendo) fue algo que me afectó muchísimo (al igual, supongo, que a los millones de personas que vivimos en España y otros tantos millones fuera de España) y, estos días, no puedo evitar el ponerme triste, aunque, eso sí, no tengo miedo al coger el Cercanías (nadie sabe cuándo te llega el final de tu vida, sea natural o causada por alguna acción humana), de hecho, voy mucho más tranquilo en el Cercanías que en el coche, pero tampoco puedo evitar ponerme triste.


         Ya, hasta que no venga de vacaciones, no voy a volver a escribir aquí, en mi blog, ya, por fin, llegan mis vacaciones, algo de lo que estoy muy ansioso y satisfecho por todo el trabajo realizado, siento que me merezco, más que nunca, estas vacaciones, desconectar de todo y de todos y cargarme de fuerza y energía para seguir dando el máximo de mí.


Un beso para todas y un saludo para todos


Madrileño Solitario

lunes, 22 de octubre de 2007

Tres Cantos, 22 de Octubre del 2007

         Hola a todo el mundo de nuevo, aquí estoy, después de mucho tiempo sin escribir (aunque no por voluntad propia) escribiendo nuevamente, la verdad es que ya había y hay muchísimas ganas de volver a escribir. Ya aviso a los queridos lectores que, la presente entrada, mucho me temo, va a ser muy larga (hay muchísimas cosas que han contado de tantas cosas que han ocurrido).


         Por un lado, la verdad, es que tienes razón Vane, puedo ir escribiendo entradas cortas, aunque no sé cómo lo hago que siempre me lío a escribir y escribir y escribir, jejejeje, pero es que son muchas cosas y no siempre me es fácil resumir, aunque lo intentaré. De todas formas, aprovechando que hoy no tengo trabajo (las aplicaciones que pusieron el jueves siguen sin aparecer, así que las han quitado y van a poner otras, aunque todavía no las han puesto y, desde que las pongan hasta que se puedan ver en la máquina virtual pasa, al menos, tres o cuatro horas, y, como es lunes, estoy lo suficientemente descansado como para escribir aquí, en mi diario).


         Para empezar, como podéis ver, ya no escribo desde Madrid (mi residencia habitual), sino desde Tres Cantos, puesto que estoy en mi puesto de trabajo, eso sí, voy escribiendo en mis ratos libres (que son muchos, afortunadamente) ya que mi trabajo consiste en la homologación de aplicaciones en Windows Vista instalándose desde SMS 2003 sobre máquinas virtuales y, mientras la máquina trabaja (que, para cada homologación, lleva, al menos, 30 o 40 minutos) no puedo homologar ninguna otra aplicación, por lo tanto, es tiempo libre que tengo. Así que, una vez terminadas las otras tareas que tenía (no voy a descubrir acontecimientos, seguir leyendo si os queréis enterar) que eran de prioridad absoluta (y la razón de que no haya escrito en los últimos dos meses) y, ahora que, aunque tengo otras tareas, como no tienen la urgencia que las tareas ya finalizadas, aprovecho y aprovecharé, desde el momento en que regrese a mi puesto de trabajo después de comer y hasta que llegue la hora de regresar a mi casa, de escribir en este, mi diario, en los momentos libres.


         En estos dos meses, han pasado muchas cosas, demasiadas diría yo. Para empezar, desde el pasado 13 de agosto, tengo ya un trabajo con contrato, en principio es un contrato indefinido, pero con 6 meses de prueba (casualmente, el proyecto en el que estoy trabajando tiene, en teoría, un tiempo máximo de duración de 6 meses, con lo que tengo ahí la incertidumbre de qué pasará al finalizar el trabajo) aunque, al menos, ya soy algo más que mileurista (para ser mi primer contrato reconozco que no está mal, además, estoy más cerca de ser dos-mileurista que de ser mileurista).


         Por el momento, la experiencia en el trabajo está siendo buena, el ambiente es bastante bueno y, aunque todavía no tengo tarjeta de acceso (a pesar de llevar más de dos meses trabajando, es la única pega, por el momento) con lo que, cada vez que voy a entrar tienen que llamar al responsable pata que de el permiso para que pueda acceder (además de otros inconvenientes, por ejemplo, si quiero ir a la cafetería, tengo que ir acompañado de algún otro trabajador, puesto que ir a la cafetería puedo, pero no puedo regresar luego a mi puesto de trabajo ni salir del edificio) y que, para venir, necesito unos 40 minutos si vengo en coche y casi 80 minutos si vengo en el Cercanías (sale rentable el venir en el coche si no fuera por lo caro de la gasolina, algo más de cien euros mensuales en gasolina). Viendo la diferencia de tiempo, me "río" de la publicidad que he escuchado hoy por primera vez del ayuntamiento de Madrid sobre el transporte público con la M... ¿de Mierda? Es intolerable que, para realizar la misma distancia se necesite el doble de tiempo, eso con un tráfico bastante intenso que, sin tráfico intenso, tardo bastante menos en coche.


         Por otra parte, el pasado 21 de agosto hizo un año desde que falleció mi padre, fue un día muy duro (esa semana en realidad fue muy dura para mí) y pasaron muchísimos pensamientos por mi cabeza. Ese día, aunque estuve en el trabajo físicamente, no estuve mentalmente, no tenía ni fuerzas ni ganas para estar en el trabajo. Después, al llegar a mi casa, esperé a que mi familia terminase de comer y nos fuimos al cementerio a llevar unas flores a la tumba para, después, a las 9 de la noche, ir a una misma que habíamos pedido en su nombre. Por lo tanto, además de ser un duro día para mí, me acosté "muy tarde" para lo que sería para mí (me acosté pasadas las 12 de la noche y, aunque para mucha gente pueda parecer que no es muy tarde, teniendo en cuenta que me levanto a las 6 de la mañana sí que era muy tarde porque, además, por aquel entonces venía al trabajo con el coche y, luego, al regresar a mi casa, me ponía con el proyecto fin de carrera).


         Ese día estuve mucho tiempo reflexionando, viendo cómo me había cambiado la vida en 365 días, reconozco que he madurado muchísimo, que he cogido por los cuernos a la vida y que me he puesto a tirar de mi familia en unos momentos no precisamente fáciles. Ha habido muchas cosas que han cambiado y prácticamente ya no me quedan hilos con el pasado, salvo, alguna excepción (y pasando muchísimo tiempo entre comunicación y comunicación), ya no tengo ninguna amistad anterior al fallecimiento de mi padre (tan sólo una amiga de Barcelona, aunque no nos conocemos en persona, con la que nos mandamos un e-mail cada 2-3 meses, otra amiga de Sevilla que, después de casi nueve meses hemos hablado 1 vez por teléfono y nos hemos mandado un par de correos electrónicos y un amigo, aunque tampoco conozco en persona, de Gran Canaria que habré podido chatear unas tres o cuatro veces en todo el año y mandado un par de correos electrónicos).


         De las amistades que tenía en persona en el momento de fallecer mi padre, realmente ya no los considero amistades, se pasó de la amistad y "necesidad" de estar con ellos a la ignorancia y de la ignorancia a bloquearles en el Messenger (además de no conectarme prácticamente nunca) y no considerarles ya mis amigos, teniendo claro que no voy a hacerles ningún favor (salvo que las cosas cambien radicalmente, que, por el momento, no tiene esa pinta en absoluto).


         Por otro lado, cuando estoy en mi casa con tiempo libre (es decir, sin hacer nada relativo a la familia ni al trabajo en Coslada) suelo estar viendo los programas que me he grabado previamente de la tele (en estos momentos lo que veo es "Se lo que hicisteis" que está muy bien y me gusta mucho, "CSI", "RSI" que, aunque no está "tan bien" como CSI, se nota mucho que han intentado copiar CSI a lo español, pero bueno, es visible, "El comisario" que es la serie que más tiempo llevo viéndola, "Shark" que, por el momento, me parece una buena serie y "Buenafuente" los miércoles y jueves, que es cuando no estoy grabando otros programas como me ocurre los lunes y los martes) y, la verdad, si se suman entre unas cosas y otras, veo casi 15 horas semanales de tele.


         El ordenador, en mi tiempo libre, casi ni lo toco, solamente, algún sábado o domingo (y no todos porque, como, entre unas cosas y otras, son casi 4 horas el tiempo que necesito de media, no me da tiempo todos los fines de semana) me pongo a jugar con el Flight Simulator ya que no me apetece para nada conectarme ni al Messenger ni al IRC-Hispano (y al MSN-Messenger menos aún desde que Microsoft impide que nos conectemos con la versión anterior, obligándonos a instalar la nueva versión que, en mi caso, me proporciona menos características de las que utilizaba anteriormente, además, me ralentiza muchísimo tanto la ejecución del Internet Explorer como del Messenger, de hecho, con el Messenger nuevo, el ordenador, con las mismas circunstancias, necesita 1 o 2 minutos más que la versión anterior para iniciarse) ya que, después de estar más de 8 horas diarias delante del ordenador, no me apetece sentarme delante del mismo en mi casa.


         Por otra parte, aunque todavía no termino de creérmelo, desde el pasado 28 de septiembre, soy ya, finalmente, después de 9 años, Ingeniero Informático, me ha costado y mucho, he sufrido muchísimo, he tenido unos últimos meses sin ni un sólo segundo de tiempo libre (incluso, los dos últimos días de agosto y los dos primeros de septiembre me los pasé casi sin dormir, en esos 4 días dormí unas 9 horas en total), pero, por fin, terminé la carrera. Las sensaciones después de haber finalizado la carrera han sido muchas y muy variadas.


         Para empezar, felicidad, felicidad por haber conseguido lo que tanto me ha costado, un título por el que he luchado, un título que me ha quitado mucha vida y muchísimas lágrimas, donde he sufrido muchísimo e, incluso, después de que hayan pasado tres semanas y media desde que salió la nota, sigo sin tener ni un sólo recuerdo feliz de mi estancia en la universidad pero sí muchísimos recuerdos malos de mi estancia en la universidad. Recuerdos malos que prefiero no recordar ni escribir aquí (si los tuviera que escribir estaría días y días escribiéndolos y aun así me dejaría muchos de ellos en el tintero), hechos y circunstancias que, incluso, en el tercer año de universidad hizo que estuviese a punto de dejar la carrera y más que la carrera.


         Por otro lado, incredulidad, por fin, después de tanto esfuerzo, tengo mi título, un título que restregar por la cara a tantísima gente que siempre dijeron que no lo conseguiría, incredulidad porque ya lo tenía, ya había alcanzado la meta, la meta soñada, ya podía poner en mi currículum vitae que soy Ingeniero Informático, me parecía estar en un sueño, en un sueño tantas veces soñado, un sueño que, por fin, se hacía realidad, era y soy Ingeniero Informático.


         En tercer lugar tristeza, tristeza porque mi padre no podía ni puede ver que por fin lo había conseguido, después de muchos años duros, en especial el último, donde ha habido tantas semanas y meses sin ninguna ilusión, sin ganas de hacer nada, llorando por la pérdida de mi padre, sin saber qué hacer en muchas ocasiones (de hecho, estoy seguro que hubiera obtenido una nota superior si, en la presentación Defensa del proyecto, mi padre me hubiera ayudado con la misma, mi padre era un gran especialista en presentaciones, al igual que en otras cosas), de hecho, desde que tengo el título quiero ir al cementerio a llevarle unas flores, aunque, por mi falta de tiempo, todavía no he ido a llevárselas (pero, este sábado, se las llevaré).


         En cuarto lugar, alivio, he notado cómo me he quitado un grandísimo peso de encima, ya tengo algo con lo que defender mis conocimientos, me he sentido muchísimo más liviano, desde que tengo el título he tenido más ganas de cantar, de sonreír, más ganas de vivir la vida, el tener pendiente el proyecto y la reválida era un gran peso, un lastre que me llevaba al fondo, que me impedía mantenerme a flote, que hacía que no tuviese ganas de vivir, estaba muy muy cansado de los estudios, incluso, había momentos que odiaba hasta la aviación, mi gran afición.


         Todos estos sentimientos hacía que, un día, incluso en un momento del día, estuviese contento, feliz, cantando (sobretodo cuando estoy en el coche, con la música a todo volumen y cantando sin parar) y, a los quince minutos, estuviese llorando, sin ganas de hacer nada, tan sólo tirarme en la cama a llorar y llorar, sin ninguna ilusión, como si mi vida se hubiese acabado ya.


         Por otra parte, cambiando de tercio, sigo acudiendo a clase de inglés, aunque ya no voy tan ilusionado como iba el curso pasado. Por un lado porque no es lo mismo ir tres días por semana a clase de inglés cuando se está el resto del tiempo en casa a ir tres días por semana cuando se está todos los días fuera de casa trabajando, de hecho, si pierdo el autobús lanzadera de las 17:15 sé que no llego a clase de inglés (ya que el autobús lanzadera pasa cada 15 minutos y, aunque en teoría me tendría que dar tiempo, como el horario real de los Cercanías es completamente diferente al que ponen en la página web de RENFE, cualquier parecido entre lo que ponen en la página web y la realidad es coincidencia) y, este curso, el profesor que nos ha correspondido es muy exigente respecto a las faltas y retrasos (si te retrasas más de 5 minutos te considera media falta) así como el mínimo de asistencia obligatoria para que te puedas examinarte (tienes que tener, al menos, un 80% de asistencia para poder examinarte, que equivale a un máximo de 6 faltas en todo el curso y, teniendo en cuenta que, por lo que voy a contar más adelante, voy a faltar a tres clases, no puedo permitirme el lujo de llegar tarde o faltar mucho para todos aquellos imprevistos que puedan surgir y que, en tres meses, surgen y surgirán).


         Pero, además, la falta de ilusión se debe a otras circunstancias, por un lado, el grupo se ha "roto" ya que, en este nuevo curso, solamente estamos tres del grupo de los que íbamos el año pasado (el resto no van porque no pueden, porque tuvieron que repetir y han dejado de ir o porque sus respectivas empresas les pagan un profesor particular) y, de los tres (Bailonga, Madridista y yo), Madridista, cuando finaliza la clase, se va volando, sin esperarnos y Bailonga, con su nuevo trabajo, está también cansada (aparte de que se va en dirección opuesta) y, salvo el pasado jueves, no hemos quedado ningún día para tomarnos algo.


         Respecto al resto de compañeros del curso pasado, siguen otros dos (Psicóloga, aunque, al igual que en los cursos pasados, en cuanto finaliza la clase se va volando y Arquitecto, que, no sé por qué razón, lo reconozco, pero me cae muy mal y, cada vez que me toca al lado en la clase, esa clase se me hace especialmente eterna y no me entero de mucho y salgo muchísimo más cansado de la clase) y los 11 compañeros restantes son todos mayores que yo (no hay ninguno con menos de 30 años) y solamente hay dos chicas que me parecen guapas, especialmente una, Brasileña que me parece espectacular (aunque, como no, tiene pareja y, en cuanto termina la clase, se va volando, tarda cero coma en salir por la puerta y, antes de clase, llega solamente con dos o tres minutos de adelanto y se sienta en el otro extremo de la clase a donde me siento yo, ya que todos los del grupo pasado nos sentamos juntos y, como se te ocurra sentarte en otro sitio, incluso aunque haya 1 solo asiento de diferencia, ya te dicen que si ya no vas con ellos) así que no puedo hablar mucho con ella, por desgracia.


         La otra chica que me parece guapa, Dependienta, sé menos aún de ella, puesto que casi siempre llega uno o dos minutos tarde y, cuando llega antes de empezar la clase, lo hace, como mucho, 1 minuto antes, con lo que es imposible también hablar con ella, pero me parece simpática y guapa (no tanto como Brasileña, eso sí, jejeje).


         Además, en el regreso a mi casa desde la clase de inglés, que lo hago solo, voy siempre bastante bajos de ánimos por el cansancio y porque veo que no hay el mismo ambiente que inicialmente, hay dos o tres minigrupitos que, casi ni nos hablamos. Además, el profesor es nuevo y, aunque se llama igual que el profe que tuve en los dos últimos cursos, me quedo con el anterior, éste, aunque está bastante bien, no hace, que me sienta todo lo a gusto que me hacía el anterior y, además, no hace parones en la clase, con lo que se me hace muchísimo más larga que en los dos últimos cursos anteriores (es cierto que el cansancio también influye, pero antes, no se me hacía larga la clase y, ahora, me "sobra" la última media hora y eso que no está "apretando el acelerador" todavía, así que, cuando lo apriete, no sé qué va a ser de mí.


         Por otro lado, he notado (y mucho) el no estar en casa, antes, cuando llegaba los fines de semana, tenía ganas de salir de marcha, ahora no, prefiero estar en mi casa, no me apetece salir, tengo ganas de pasarme el fin de semana tirado en el sofá viendo la tele o en mi habitación jugando al Flight Simulator.


         En otro orden de cosas, el viernes pasado fui a comprar el regalo de cumpleaños de mi hermano mediano, el 4 de noviembre es su cumpleaños y santo y, como no voy a estar, quería dejarle el regalo escondido en mi casa y, el domingo 4, llamarle por teléfono para felicitarle y "guiarle" hasta el regalo. Tenía pensado comprarle una PSP y dos o tres juegos de PSP, ya que él, por Reyes, me regaló una PSP con un juego y por mi cumple otro juego. Pero, no sé por qué razón, la PSP estaba agotada en dos centros comerciales (de diferentes empresas además) y en una me dijeron que, quizás, para finales de esta semana les llegarían más y en la otra no sabían cuándo iban a volver a tenerla. En ese momento se me vino abajo toda la planificación. Estuve dudando de si comprarle otra consola (la Wii no porque los juegos que tiene no le gusta a mi hermano) y porque las tres consolas que hay (aparte de la PSP) y que no tiene me parecen excesivamente caras, prefiero morderme la lengua de los fabricantes que ponen dichas consolas, sin ningún juego (si compras la consola sin ningún juego incluido tienes que comprar un juego aparte, ya que no tiene sentido comprar o regalar una consola sin ningún juego) la vendan a 400 euros (bueno, para ser exactos, 399 euros) cuando, un ordenador portátil, en el mismo sitio y en el mismo día (y no olvidemos de que un ordenador portátil viene con pantalla incluida así como con otros dispositivos que no te vienen con una consola y que te permiten ejecutar muchísimos más programas y juegos que una consola) te cuesta 500 euros (499 euros), me niego a pagar 400 euros por un aparato cuando otro, con muchísimas más características y muchísimas más utilidades, te cuesta 100 euros más solamente, me parece un auténtico robo.


         Así que, al final, no le he comprado nada, ya que estuve dudando también de si regalarle una Microcadena, que es lo que, al final, vamos a regalarle, pero va a ser mi hermano pequeño quien la elija, puesto que es el "especialista" (al finalizar el curso actual será ya Técnico de Sonido, por lo tanto, tiene muchísima más experiencia y conocimientos de sonido que yo para comprarle algo realmente bueno) y, quizás, para Reyes, le regale la consola con algún juego (aunque no lo tengo decidido).


         Como ya he dicho en esta misma entrada un par de veces, a principios de noviembre no estaré, concretamente entre el 1 y el 11 de noviembre (ya aviso que, si escribís esos días en el blog, hasta el 12, como mínimo, ni se verán vuestras contestaciones ni os podré contestar ni escribiré, en teoría, en el blog), ya que me cojo vacaciones (por fin, después de más de un año y casi diría más de dos años, porque el año pasado se puede decir que no tuve vacaciones, ya que ingresaron a mi padre 6 días después de cogerlas y, durante esos seis días mi padre no estaba bien y no fueron propiamente dichas unas vacaciones).


         Además, como el 1 es festivo, oficialmente no cojo vacaciones hasta el 2 de noviembre y, como el 9 de noviembre, viernes, es festivo, finalizo oficialmente mis vacaciones el 8 de noviembre (con lo que consigo 4 días de vacaciones extras aprovechando ambos puentes, y, además, han sido mis coordinadores quienes dijeron que mejor que me las cogiera en noviembre a que me las cogiera en diciembre). Me voy a ir al sur de Tenerife, a Costa Adeje, los 11 días, a la playa, a descansar y a desconectar de todo además de para coger fuerzas, de hecho, ya estoy contando los días que me faltan para coger el avión e irme directo al solecito y a la playa.


         Finalmente, que ya llevo unas cuantas horas escribiendo (todavía no han puesto las aplicaciones, así que sigo sin tener trabajo pero he de seguir en el puesto), comentar que noto muchísimo el transcurrir de la semana, los lunes me levanto sin ningún tipo de problema y aguanto fácilmente con unos 7 cafés (aunque ya sé que son muchos), los martes me levanto también con facilidad y no suelo pasar de 8 cafés, los miércoles ya me cuesta bastante más levantarme (influye especialmente el que, los martes, después de salir de Tres Cantos, me tenga que ir hasta el Centro de Transportes de Coslada) y, o me tomo, al menos, 8 cafés en el día, o me quedo dormido. Los jueves y los viernes me cuesta horrores levantarme y siempre caen 10 cafés como mínimo (además, el rendimiento en el trabajo es muchísimo menor los jueves y viernes respecto a los lunes, los lunes hago de todo, mientras que, los viernes, estoy en mi puesto porque es mi obligación, pero prácticamente no hago absolutamente nada, casi ni navegar por Internet por el cansancio que tengo), sé que una buena solución es acostarme antes (actualmente, aunque intento acostarme antes de las 22.30, hasta las 23.30 o las 12 de la noche no lo consigo) y esas faltas de horas de sueño se notan y mucho.


         Pero no es porque no ponga de mi parte para acostarme antes de las 22.30 (teniendo en cuenta que me he de levantar a las 6 de la mañana, acostándome a las 22.30 duermo unas 7 horas o un poco más) sino porque me es prácticamente imposible (me apetece cenar con mi familia, no solo, que, para eso, ya como solo todos los días de la semana) pero, entre unas cosas y otras, es raro el día que, antes de las 10 de la noche, empecemos a hacer la cena, porque mi madre no puede hacerlo antes por falta de tiempo. Realmente es lo único que me falta por ajustar en la distribución del tiempo a lo largo del día.


         Bueno, ya me despido, prometiendo escribir en menos tiempo del que ha transcurrido desde la última vez (no será muy difícil porque ya no tengo el proyecto ni la reválida y, al no pasar tanto tiempo, no habrá tantas cosas que escribir).


Un beso para todas y un fuerte apretrón de manos para todos.


Madrileño Solitario