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lunes, 17 de diciembre de 2007

Arona, 10 de noviembre de 2007. Diario de unas vacaciones

         Aquí estoy escribiendo nuevamente, con mis vacaciones ya finalizadas ya que, dentro de 24 horas (salvo que el vuelo tenga retraso, aunque espero que no sea así), estaré nuevamente en la T4 de Barajas, prefiriendo no pensar en la "seguridad" (se nos trata a todos los pasajeros como presuntos terroristas, tal como comenté en mi primer relato de estas vacaciones, mientras que nuestras maletas son abiertas sin nuestro permiso para robarnos, tal como se ha podido ver en las imágenes que se mostraron ayer, aunque esto no es un problema nuevo de ahora, si no de hace ya años, de hecho, hace 9 años, cuando estuve aquí, en Canarias, al llegar a Madrid descubrí que me habían robado varios CDs de música, varias cintas de música y una calculadora, poniendo su correspondiente denuncia y sin haber recibido respuesta alguna hasta la fecha) por la que tanto abogan los políticos.


         Porque, aunque sean más de cuatro mil personas las que tienen acceso a la zona restringida de Barajas, precisamente, como es una zona restringida, la vigilancia tiene que ser máxima, ya que luego no se reestablece el valor de lo robado, tal como he comentado anteriormente, así que, desde entonces, plastifico todo el equipaje que voy a facturar (siendo éste el negocio que más interesado está en que se sigan produciendo los robos, ya que, si no hubiese robos, la gente no plastificaría las maletas y se quedarían sin negocio, con lo que no estaría de más investigarles por si las moscas, como se suele decir).


         Escribo estas líneas mientras espero la llama de H. De H no tuve noticias hasta el jueves pasado que me llamó mi madre después de que la llamara la madre de H. Según su madre, yo había dicho a H que no quería visitar ningún sitio, cuando no fue exactamente así. Lo que yo le dije fue que ya me conocía la isla del viaje anterior, aunque, como habían pasado ya unos cuantos años desde entonces, me daba igual qué visitar, de todas formas, y así se lo dije a mi madre, sé cómo es el trabajo en la empresa de transporte, al menos en Madrid y, aunque el trabajo en Tenerife supongo que será menor, imagino que tendrán menos gente y que no tendría mucho tiempo libre y, encima, sabiendo que vive aquí, en Tenerife, porque su novio es de Tenerife, imagino que el poco tiempo libre que tenga lo querrá dedicar a su novio, así que ya me hice a la idea de que no iba a quedar conmigo, aunque, mientras me "tragaba el sapo" de lo dicho por mi madre no pude evitar estar un poco triste.


         Pero, esta mañana, mientras iba camino de la playa, recibí un SMS de H que decía tal que así (ya que aún quiero seguir manteniendo mi anonimato, he sustituido mi nombre por mi seudónimo): "Buenos días Madrileño Solitario, llámame si quieres hoy y nos vemos, me ha sido imposible quedar esta semana", por lo tanto, veía cómo una vez más acertaba en mis razonamientos y suposiciones (a veces "odio" el tener la razón, aunque no es el caso) pero no me ha molestado el que no haya podido quedar conmigo antes, ya que yo no he venido aquí a quedar con nadie.


         Bueno, pues entre el párrafo anterior y éste han pasado unas cuantas horas (curiosidades de la escritura, en unos pocos centímetros se pasa de por la tarde a por la noche). Pero, antes continuar escribiendo y contándoos mis vacaciones voy a hacer una pequeña reflexión sobre el "¿Por qué no te callas?" que ha dicho el Rey en Chile y, la verdad, me he reído un buen rato por la espontaneidad, se ha demostrado, por una vez, que el rey es también persona.


         Y ahora, después de estas breves líneas sobre la "frase del día" (reconozco que no lo he comentado mucho, más bien nada, pero es que, en estos momentos, no me apetece hablar de otras cosas distintas a las que ocurren en mis vacaciones, es lo que me pide el cuerpo y el corazón) continuo con mis vacaciones.


         Como acabo de decir, he estado esta tarde con H y, la verdad, ha sido un muy bonito broche final a estas vacaciones, me lo he pasado muy bien y he estado muy a gusto.


         H es muy guapa y simpática y no parece muy pija y las dos horas que he pasado con ella se me han pasado volando, aunque yo iba concienciado de que tiene novio (de hecho, el novio vino también con ella) y cerré las puertas de mi corazón y, por una vez, puedo decir que regreso de un viaje en solitario sin haberme "enamorado" o sin estar "enamorado" (lo he entrecomillado porque muchas veces me pregunto si en realidad he estado alguna vez realmente enamorado o si, todas las veces que he pensado que estaba enamorado era simplemente cariño, muy fuerte quizás, pero sólo cariño), quizás ha influido que, en este viaje, por primera vez creo, he viajado a disfrutar de los buenos momentos, de la playa, de esos pequeños momentos, de esas pequeñas cosas, como el atardecer que fotografié que hacen que me sienta feliz, verdaderamente feliz.


         Y echando la mirada atrás, a estos últimos días, semanas y mes y medio, revisando los recuerdos que tengo, creo que estoy aprendiendo, poco a poco, a disfrutar de esos pequeños momentos en los que he sido realmente feliz y que pesen más que los malos momentos, recuerdo, por ejemplo, muchos martes, en el coche, con la música al máximo de volumen, disfrutando de esos minutos conduciendo, donde iba cantando y estaba feliz, muy feliz, superando los malos momentos que he tenido en este durísimo año pasado.


         De todas formas, os seguiré contando mañana, puesto que ya va siendo hora de acostarme, que mañana me toca hacer la maleta y realizar el viaje de regreso.


Un beso para todas y un saludo para todos


Madrileño Solitario

martes, 11 de diciembre de 2007

Arona, 6 de Noviembre de 2007. Diario de unas vacaciones

         Aquí estoy escribiendo por segunda vez desde Arona, hasta hoy todo iba de maravilla, pero hoy no está siendo mi día, aunque narraré los hechos cronológicamente.


         Cuando llegué al hotel y salí a dar el primer vistazo, para ver qué tal estaba la zona y, especialmente, la playa, me llevé una pequeña desilusión, aunque, afortunadamente, había cometido un pequeño error y, en vez de ir a la playa más cercana (y a la que voy cada día) fui a otra playa.


         Digo afortunadamente porque la playa más lejana es la que tiene peor acceso al océano y, como la arena de las islas es volcánica y, por lo tanto, negra (aunque a mi eso me da igual), se ve que intentaron crear una playa con arena blanca y, el resultado ha sido una plataforma dura de tierra y, si a eso le sumamos que, para acceder el agua hay que cruzar una zona de piedras y, seguramente, en el agua seguiría siendo el fondo rocoso, con lo que hacía prácticamente imposible el que me bañase.


         Así que, con las mismas, me fui a la otra playa que, además de estar mucho más cerca del hotel (incluso hay un acceso al hotel a través de una serie de escaleras a la playa que sale a escasos 100 metros de la playa) es de arena volcánica (mucho mejor, a mi parecer, que la otra playa de dura tierra), con un fácil acceso al mar y, además, con dos rompeolas que parecen naturales (aunque no soy un experto en rompeolas y puedo equivocarme) que hacen que las olas lleguen "menos fuertes" y, si seguís leyendo, os enteraréis de por qué lo he entrecomillado.


         Creo que me he adaptado bastante bien y las condiciones son muy buenas, aunque me es imposible evitar, sobretodo en los dos o tres primeros días, compararlo con el hotel al que íbamos en Mallorca, entre otras cosas porque en los últimos años (4 o 5, no lo recuerdo bien, exceptuando un año que estuvimos en un apartamento de un amigo de mi padre) siempre que hemos ido a la playa íbamos a Palma de Mallorca y a dicho hotel.


         Pero, incluso así, estoy muy satisfecho con el hotel, aunque mi habitación no de al mar, pero da al Teide y las vistas son muy bonitas. Cada día es más o menos igual, un poco antes de las 9 me levanto, me aseo y bajo a desayunar. Después de desayunar vuelvo a la habitación para coger las cosas de la playa y me bajo a la playa, sobre las 10 de la mañana, me compro una botella de agua fría de 1,5 litros y me cojo una sombrilla y una hamaca. Estoy en la playa desde las 10:30, más o menos, hasta las 17:30, más o menos (no hay que olvidar que estamos ya en Noviembre y, aunque Canarias sea el paraíso español y justo el 1 de Noviembre comience la temporada alta, a las 7 de la tarde ya es completamente de noche y, a las 5 ya no queda en la playa casi nadie). En la playa, los primeros días, me los pasé prácticamente todo el día durmiendo (de hecho, el primer día, no leí nada porque estuve todo el tiempo durmiendo) pero, desde el domingo, no duermo tanto y me baño más y leo bastante más.


         El agua está muy fría, aunque poco a poco me voy acostumbrando al agua del Atlántico donde hacía muchísimos años (exceptuando el fin de semana que pasé en Cantabria a mediados de julio tal como comenté en su momento en este blog), en concreto, si no me equivoco ni me falla la memoria, algo más de 9 años, la vez anterior que vine al sur de Canarias, a un pueblecito al lado de los acantilados de Los Gigantes (que son un auténtico espectáculo desde el mar, si podéis, alquilar un barco y vedlos, os quedaréis fascinados), en el verano de 1998, cuando vine con mi familia y mi actual jefe y amigo de mi padre y su familia (de hecho, fue aquí donde probé el alcohol, en concreto Malibú con Piña, y todo porque lo bebía la prima de la hija de mi jefe, chica de la que me "enamoré" y, como consecuencia, al regresar a Madrid, en el descanso de la academia donde iba para preparar la Selectividad, pasara de tomarme un café con leche a tomarme un Malibú con Piña), ya que, en 1999, fui solamente dos fines de semana a un pueblo de Alicante, en el 2000 a L'Startit, en el 2001 a Londres e Irlanda, en el 2002 a L'Startit nuevamente y, desde 2003 hasta 2006 (al final fueron 4 años, ya lo tengo claro) a Palma de Mallorca, así que han sido 9 años sin bañarme en el Atlántico, justo a la inversa que años anteriores (hubo varios años que fuimos al Mediterráneo, después al Atlántico, luego de nuevo al Mediterráneo y, ahora, de nuevo, al Atlántico).


         Pero reconozco que me encanta el Océano Atlántico, especialmente cuando se encuentra un poco picado y llegan unas olas majas a la playa, de hecho, el día que hay olas, me meto en menos tiempo, más veces y durante más tiempo cada vez que el día que no hay olas, de hecho, cuando no hay olas, me parece que está más fría el agua.


         Y ahora, por segunda vez en este viaje, vuelvo a "activar" mi mirada crítica con dos temas que son de relativa actualidad. El primer tema es la inmigración. Ya sé que Canarias, aunque pertenezca a España, país europeo, se encuentra en África, pero, desde hace 9 años hasta el momento, desde la última vez que vine, he notado muchísimo el que Canarias está en África por la gran cantidad de africanos que me he encontrado en la zona, es cierto que, al menos hasta el momento, lo único que han hecho es intentar vender cosas (en su mayoría gafas), pero crea, o al menos a mi, inseguridad, aunque no me considero racista, pienso que los inmigrantes son necesarios, ya que hay muchos trabajos que los españoles "no queremos" y que los inmigrantes sí que están dispuestos a realizar, pero, eso sí, pagando los impuestos como el resto de los ciudadanos, con los papeles en regla y con contratos con los mismos derechos y obligaciones que los del resto de españoles y, todo aquel inmigrante que incumpla las leyes, a cumplir la condena a su país, ya que no me parece bien que nuestras cárceles se llenen con 4 inmigrantes mal contados sobre los miles o cientos de miles que viven y se intentan integrar o se encuentran plenamente integrados en España.


         Respecto a la cultura, estoy encantado de recibir nuevas culturas, de la mezcla de culturas, pero también tengo claro que cualquier inmigrante que venga a España se tiene que integrar y adaptarse a las normas, costumbres y a la cultura española, al igual que si emigramos a otros países nos tenemos que adaptar a sus reglas y costumbres.


         Por otro lado, y esto es responsabilidad de todos los políticos españoles y constituye un gran atentado, aunque "no haya" víctimas (aunque realmente sí que hay víctimas, tan sólo hay que ver todos los muertos en la construcción) y son las moles de edificios que hay, especialmente los hoteles, son verdaderos atentados contra el paisaje y, mientras escribo estas líneas, pienso que todos somos culpables, los políticos, dando igual de qué partido sea, autorizando las obras y todos los ciudadanos por permitirlo, aunque parece que el actual gobierno del PSOE está empezando a actuar contra dichos atentados.


         Por otro lado, el domingo tuve una llamada que me animó bastante, aunque, para entender esa alegría hay que retroceder una semana. El martes pasado, cuando estaba en Coslada, en la empresa de transporte de carga, mi jefe y amigo de mi padre, me dijo que H estaba en Tenerife y que le daría mi número de teléfono, yo le dije que vale, aunque interiormente no me apetecía nada, porque eran mis vacaciones después de más de dos años sin vacaciones (las del 2006 no las considero vacaciones ya que mi padre ya estaba mortalmente enfermo y, las anteriores, fueron en julio del 2005) y eran (y son) pocos días, once, que, teniendo en cuenta que el primer día, el del viaje de ida, solamente disfruté de una hora de playa y que el último día, no voy a disfrutar absolutamente nada de la playa (hay que dejar los hoteles antes de las 12 y, a las 3, sale mi avión, además, ya sé que, cuando llegue a mi casa, me esperan unas cuantas tareas que no me van a dejar ni un minuto de respiro postvacacional), por lo tanto, son solamente 9 días de descanso.


         Y claro, no me apetecía dedicar parte de esos 9 días de descanso a una mujer de unos 60 años, porque yo pensaba que se refería a H, su mujer, cuando, en realidad, se refería a H, su hija, que es de mi edad y que vive en Tenerife con su novio, así que, cuando recibí la llamada de H, el pasado domingo por la tarde, la alegría que sentí en mi interior fue inmensa, aunque reconozco que no llevé muy bien la conversación (en estos casos la timidez y vergüenza bloquean mi mente y no consigo "integrarme" en la conversación) y no creo que me llame para quedar ya que está empezando a trabajar en la sede de Tenerife de la empresa de transporte de carga de su padre y sé cómo se trabaja en esa empresa y sé que debe de tener mucho trabajo.


         Pero realmente no he venido a Canarias para quedar con gente sino para descansar, si quedo con alguien, pues muy bien, si no quedo con nadie, pues también muy bien y, si quedo con alguien, reconozco que prefiero quedar con alguien de mi edad que con alguien 30 años mayor que yo. Además, el saber que va a ser H quien dirigirá en un futuro la sede de Tenerife me creó también una excitación muy grande, ya que, a finales de septiembre, "Rumana", una trabajadora muy guapa de la empresa de transporte, aunque reconozco que tienen muchos problemas con ella y ha estado a punto de irse en estas semanas pasadas de la empresa (incluso no estoy completamente seguro de que, cuando regrese el próximo martes a la empresa, siga trabajando en ella) me dijo que la habían prometido que dirigiría la sede de Tenerife y parece claro que no va a ser así.


         Y con las mismas pasamos a ayer lunes, el día fue transcurriendo como el resto de los días hasta que llegó la tarde, iba a empezar a recoger para regresar a la habitación cuando vi el mar, que no había nubes y el sol, decidí en ese momento que era el día exacto. El océano había estado juguetón con las olas y con las que disfruté como un niño (me encantan las olas y es lo único que hecho de menos, junto con un par de grados menos en el agua, en el Mediterráneo) y estaba exultante (ya que hoy estoy un poco "plof", seguid leyendo para saber la razón).


         Así que, en un arrebato de ilusión, cogí dos de las pilas que había comprado el jueves en el aeropuerto de Barajas, se las puse a la cámara de fotos y me lancé a buscar el mejor sitio para fotografiar la puesta del sol.


         Porque sí, me encantan las puestas del sol sobre el mar, me parecen espectaculares, estoy enamorado de ellas al igual que del mar, reconozco que soy un romántico, así que aproveché, escogí un buen sitio y aquí tenéis el resultado, he escogido las que me parecen más bellas (las podéis ver al final de éste párrafo). Después de realizar las fotos, con el sol ya oculto y ante las últimas luces naturales del día, puse camino de vuelta al hotel, extasiado, lleno de alegría y felicidad porque, además, a escasos metros del lugar que elegí para hacer las fotos había una tienda que tenía como música las melodías de baladas, sin la letra, y fue el sonido ideal, la mejor música de fondo posible para la puesta de sol.





         De regreso al hotel vi que tenía una llamada perdida de mi hermano pequeño y le llamé por si había pasado algo, resultó que me había llamado porque ya sabía qué regalar a mi hermano mediano (había sido su cumple el domingo), al final le regalamos una Play Station 3 (aunque me parece excesivamente cara, de hecho, por 100 euros más te puedes comprar un ordenador portátil que te permite realizar muchas más cosas además de jugar y más teniendo en cuenta los pocos juegos que hay para la PS3), un sistema de sonido "nosequé" 2.0 o 2.1 (no me acuerdo muy bien, lo siento), un mando para la PS3 y un juego para la PS3.


         Lógicamente, mi hermano, que no se esperaba nada de eso, estaba alucinando, al igual que yo aluciné cuando mi hermano me regaló la PSP (aunque reconozco que no juego mucho con ella) y me hizo sentir bien.


         Hoy, cuando me he levantado, seguía igual de bien, feliz y contento y más cuando, al llegar a la playa, he visto que había las mismas olas que el día anterior. Así que, después de esperar una hora, más o menos (como tengo media pensión en el hotel, en lugar de comer, desayuno y ceno más fuerte y, así, además, aprovecho más la playa al no tener que ir a comer), me fui al mar a disfrutar de las olas con mi gorra (para no quemarme) y mis gafas de sol (ya que, no sé cómo se llama lo que tengo, pero no enfoco bien de lejos y veo borroso los objetos lejanos) graduadas y seguiría siendo igual de imprudente (ya no lo hago) si no hubiera sido por una ola que me pilló despistado.


         Cuando estaba metiéndome en el mar vino una primera ola así que sujeté con una mano la gorra y las gafas, la ola me salpicó en la cara y, para que no me cayera ninguna gota en los ojos y, mientras que me estaba secando, vi una chica muy guapa (sí, las chicas me volvéis "loco", especialmente cuando os desnudáis en la playa, qué le voy a hacer, soy así, jejeje) y dejé de vigilar las olas cogiéndome por sorpresa la siguiente ola, la gorra y las gafas se fueron de mi cabeza sin que pudiera evitarlo. La gorra conseguí recuperarla, pero no las gafas, encima llegaron seguidas otras dos olas muy fuertes y, aunque estuve durante casi media hora buscándolas, no las encontré.


         Así que por eso estoy "plof", ya que he perdido las gafas de sol graduadas y 150 euros (lo que me acaba de costar el hacerme unas nuevas), pero bueno, al menos, he aprendido la lección (no volverme a bañar con las gafas puestas) y, como quedan todavía unos cuantos días de vacaciones, espero volver a animarme. Aquí finalizo este segundo relato de mis vacaciones, que ya va siendo hora de cenar y luego quiero ver RSI.


Un besazo para todas y un abrazo para todos desde Canarias.


Madrileño Solitario

lunes, 3 de diciembre de 2007

Arona, 01 de Noviembre de 2007, Diario de unas vacaciones

         Aquí empiezo a escribir un "minidiario" que, cuando lo escriba en este blog, mi blog, ya estará finalizado, pues en este y los siguientes textos escribiré mis sentimientos y reflexiones de mis vacaciones.


         Este es mi primer viaje, pagado por mi (puesto que en 1999 tuve otro viaje, pero lo pagaron mis padres) en donde el motivo del viaje no es el conocer o visitar a alguna chica, sino descansar y recuperar fuerzas para una nueva temporada de trabajo.


         Pero, antes de comenzar a hablar sobre el viaje y mis vacaciones, voy a hablar de la sentencia del 11-M, en la que, sin meterme en los detalles (ayer, miércoles 31 de octubre, cuando salió la sentencia, yo estaba ya pensando exclusivamente en las vacaciones y, aunque me leí las noticias sobre la sentencia en varios medios de comunicación, no me quedé con los detalles), sí que me han llamado la atención algunas cosas, por un lado, las protestas porque les han caído, "sólo" treinta y pico mil años a algunos cuando, dentro de treinta años (no sé si son treinta, cuarenta o cuántos exactamente, pero no debo de ir muy desencaminado) van a salir de la cárcel ¿qué más da, entonces, que sean treinta mil años o cuarenta mil años?, mientras que en España no haya cadena perpetua no tiene sentido, al menos para mí, el ponerles más años de los que van a estar en la cárcel.


         Por otro lado, me encuentro indignado ante la utilización de la sentencia por parte de los medios de comunicación y de los partidos políticos, es como cuando hay unas elecciones, donde ganan todos, pues en este caso igual, parece como si la sentencia hubiera dado la razón a las dos partes enfrentadas y, sinceramente, pienso que lo mejor es pasar página y "olvidar" (pero tomando las medidas de seguridad necesaria puesto que los servicios de seguridad e inteligencia nunca pueden dormirse en la vigilancia de la seguridad, nuestra seguridad ni, por supuesto, olvidar a todas las víctimas de todos y cada uno de los atentados terroristas, incluyendo la invasión de Irak, puesto que hay terroristas islámicos, ETA y, también, terroristas "democráticos" como lo son algunos gobiernos) y afrontar dando soluciones a los problemas de España, que es para eso para lo que hemos elegido y seguiremos eligiendo a los políticos, no para que digan el ya tan famoso "y tú más".


         Después de haber realizado esta reflexión me meto de lleno con el viaje, con mis vacaciones. Aunque me gusta mucho volar y me encantan los aviones (puedo pasarme horas y horas jugando al Microsoft Flight Simulator), esas impresionantes moles que son capaces de elevarse en el aire y que son máquinas casi perfectas (si tienen un buen mantenimiento, o lo tiran los pilotos o no se caen salvo por causas terroristas o militares) pero cada vez me gustan menos los aeropuertos y todo el tiempo extra que se necesita para realizar un vuelo, por ejemplo, en este vuelo realizado hoy:


         -30 minutos desde mi casa hasta la T4 de Madrid Barajas (no es mucho, lo reconozco, aunque son 10 minutos más que al resto de las terminales del mismo aeropuerto y eso que no había atasco).


         -Al menos 2 horas en la terminal (es el tiempo mínimo para un vuelo nacional), siendo necesario 1 hora para facturar (tema del que hablaré más adelante).


         -2 horas y media de vuelo (aunque dijeron que el vuelo duraría 3 horas, recortaron media hora) más 30 minutos de retraso.


         -30 minutos desde que tomamos tierra hasta que salieron las maletas (reconozco que no es mucho, entre otras cosas porque el aeropuerto Reina Sofía de Tenerife Sur es un aeropuerto pequeño y no tardaron mucho en salir las maletas).


         -40 minutos desde el aeropuerto hasta el hotel (tampoco es mucho y más si tengo en cuenta que fue hecho en un autobús puesto por la agencia de viajes, en taxi o en coche hubiera sido, quizás, menos).


         En total fueron 7 horas y 10 minutos para un vuelo de tres horas (casi un 50% volando, aceptable) pero, si en vez de haber volado al sur de Tenerife hubiera sido a Palma de Mallorca, por ejemplo (porque es el vuelo con el que más experiencia tengo), el vuelo hubiera durado solamente 45 minutos, teniendo en cuenta todos los tiempos restantes, el viaje hubiera durado unas cuatro horas y media, es decir, se hubiera estado volando menos del 20% del tiempo total empleado.


         Pero, aunque pueda entender dichos tiempo, no puedo entender otras cosas. Para empezar el caos en la terminal T4, vale, era el inicio de un puente, pero no hay tantos pasajeros en un puente como, por ejemplo, cualquier 1 de agosto, y, si hoy la terminal era un caos en la zona de facturación, prefiero no pensar cómo será un día con mayor tráfico.


         La facturación era un auténtico caos, para unos mismos mostradores había dos colas (estoy hablando de la facturación de Iberia, en otras compañías no sé cómo será) y, cuando a los trabajadores de Iberia les daba la gana, cerraban el acceso a una de las series de mostradores (a pesar de que las pantallas anunciaban dichos mostradores para todos los vuelos) y te obligaban a ponerte en la otra cola, teniendo que retroceder muchísimo para, cuando ya casi había llegado al mismo punto anterior, la volviesen a abrir.


         Después de facturar tocaba pasar el control de seguridad en donde el caos volvía a ser el mismo, casi te tienes que desnudar y no hablemos ya de no poder pasar líquidos, ni tan siquiera una botella de agua de 1,5 litros sin abrir, por lo que, si quieres beber agua (teniendo en cuenta la duración del viaje, al menos en mi caso, necesitaba beber agua) te la tienes que comprar dentro, donde una botella de medio litro te cuesta 2 euros más que una botella de 1,5 litros de agua de la misma marca en un supermercado cualquiera, un auténtico robo cuando, los terroristas, si deseasen atentar en un avión, utilizarían otros métodos para acceder con los explosivos, de hecho, mientras escribo estas líneas, se me ha ocurrido una forma de hacerlo, aunque no la voy a contar, por un lado porque no quiero ayudar a los terroristas (quiero dejar bien claro que estoy absolutamente en contra de cualquier tipo de terrorismo, tanto del islamista, como el que tenemos en España con ETA, como el dirigido por el gobierno de cierto país de América del Norte) y porque tampoco quiero ser acusado de terrorista, pero, y sin pensar demasiado, se pueden pasar los controles de seguridad sin ningún tipo de problema con explosivos líquidos, entonces, ¿para qué sirven dichos controles?


         Por lo tanto, nos encontramos con que nos tratan a todos los ciudadanos como culpables y terroristas, obligándonos prácticamente a desnudarnos, creándonos una sensación de inseguridad y generando enormes colas para pasar el control de seguridad y enormes molestias a los pasajeros.


         Después de pasar el control de seguridad (donde, entre otras cosas, me obligaron a pasar por el escánner dos paquetes de Kleenex que se me olvidó sacar del bolsillo y todo porque el detector de metales pitó a consecuencia de las dos barras metálicas que tengo en la columna por una operación de escoliosis hace ya muchos años), me fui a ver la puerta de embarque, todavía ponían "HJK", cada una en zonas totalmente distintas (y, por lo tanto, con necesidad de unos cuantos minutos para llegar a la puerta) pero, como en la pagina web de AENA ponía, antes de salir al aeropuerto, la puerta J48, fui a ver si ponía algo y, efectivamente, anunciaba mi vuelo.


         Como quedaba una hora todavía, me fui a buscar una zona de fumadores, y qué contar, entiendo que se respete a los no fumadores, pero lo que hay en la T4 es, o bien para que la gente vea a los fumadores como "animales en una jaula" o, si no, no lo entiendo, ya que la zona de fumadores consiste en cuatro paredes de cristal de unos 3 metros de altura quedando, al menos, otros 4 o 5 metros absolutamente libres, por lo tanto, el aire "viciado" sale de la sala de fumadores siendo inútil las salas de fumadores en la T4 (no sé si ya las han reformado en la T2 porque, hace unos 15 meses, que fue la última vez que estuve en ella, no había ni las paredes de cristal) no sirven de nada, ahora, eso sí, no quiero que con esta "denuncia" cojan y prohíban fumar en todas las zonas de las terminales y quiten las zonas de fumadores porque los fumadores tenemos también nuestros derechos y, al igual que los fumadores debemos respetar a los no fumadores, también se nos debe respetar a nosotros y a nuestra decisión de fumar (al menos mientras sea legal).


         Porque vale, entiendo que no se pueda fumar en los aviones ni en los autobuses (aunque no estaría de más que pongan también aviones y autobuses para fumadores) pero ¿también en los trenes? los vagones son independientes y no les cuesta absolutamente nada poner el último vagón para los fumadores, un no fumador no tiene por qué acceder a dicho vagón salvo que adquiera un billete de fumador (y siempre porque esa persona no fumadora haya querido).


         Por lo demás, el viaje fue normal, sin ninguna novedad reseñable, aunque sí me ha sorprendido la cantidad de gente que ha viajado en un puente cuando, en teoría, estamos en crisis y no tenemos dinero y no podemos ahorra, pero todo el mundo se va de puente, son grandes cuestiones que tendríamos que pararnos a reflexionar, porque vale, yo también me he ido de vacaciones, pero tengo dos sueldos (uno bastante aceptable y otro que, aunque sea pequeño, contribuye a sumar) y prácticamente ningún gasto (únicamente los vicios y caprichos), cosa que no creo que tengan todas las familias que he visto en el aeropuerto, avión, hotel y en la playa.


         Aquí termina mi primer relato de mis primeras vacaciones pagadas por mí, aunque no será el último, lo prometo.


        Saludos para ellos y besos para ellas


Madrileño Solitario